El pensamiento sistémico exige capacidad para reconocer cómo todas las esferas en las que trabajamos están interconectadas. En el mundo en que nos formamos, casi toda la educación de negocios y de marketing se ha enfocado durante muchos años a enseñar en el crecimiento personal o de la empresa, sin mirar el impacto en el que propio crecimiento puede implicar en el resto del ecosistema del que forma parte (entendiendo que un ecosistema no sólo la parte biológica, sino también la parte humana)

Peter Hawkins e Eve Turner en System Coaching. Delivering Value Beyond the Individual escriben que “el coaching sistémico reconoce que todo el aprendizaje y desarrollo es relacional, entre un organismo o sistema vivo y el ecosistema ampliado en el que se encuentra anidad”, esto quiere decir que el “coaching sistémico de negocios se centra en la creación de valor para el cliente individual y los equipos de los que forman parte, la organización y el cliente para el que trabajan, así como para las partes interesadas de la organización y las comunidades más amplias y la ecología de la que forma parte la organización”. La imagen es como una serie de ondas que se generan en el agua cuando cae una gota de agua produciendo ondas consecutivas. Por lo que no podemos pensar en el impacto que se genera en el exterior al trabajar en el interior, porque si no estaríamos dejando de pensar en cómo nos encontramos todos interconectados. De la misma manera, es indispensable poder pensar cómo podemos incluir el exterior cuando vamos a trabajar en el interior. Este pensamiento no puede estar excluido de las organizaciones políticas, educativas, empresariales, de negocios ya sean grandes o pequeñas si queremos subsistir en este planeta.

Recuerdo haber escuchado decir a Peter, ahora maestro y amigo, en un seminario que lidereaba tras recibir varias respuestas más o menos convencionales, sobre aquel que inspira, aquel que logra persuadir a otros, aquel que guía. Su respuesta fue una que no olvidaré, pues me pareció contundente: “Un líder es aquel que piensa en las siete generaciones anteriores a él, las siete generaciones que vienen después que después de él y piensa en todo los seres vivientes con el que comparte el mundo en el que vive. Uno no puede dejar de pensar que el mundo sería un lugar muy diferente ahora si las personas que conducen el mundo se hubiesen regido por una ética de este tipo”.
El pensamiento sistémico es, sobre todo, un eje ético por el cual conducirse, el cual genera una manera que ayuda a tomar decisiones y reorganizar la manera en la que pensamos el mundo. Requiere de valor y corazón (courage), sobre todo de mucha disciplina. En el momento actual, en el que se requieren tomar decisiones importantes sobre las personas que tienen la capacidad para dirigir nuestro país en organizaciones políticas, empresariales, culturales, lo importante es pensar quiénes tienen la capacidad de pensar de esta manera. ¿Quiénes pueden pensar sistémicamente más allá de los sistemas que nos han conducido al estado actual de las cosas, y conducirnos al presente que queremos y que necesitamos?
A veces pensamos que requerimos cosas imposibles: como mejores hombres y mujeres, mejores condiciones para generar el cambio, pero lo primero que necesitamos es un pensamiento más amplio.
